jueves, 27 de febrero de 2014

ETAPA DE SOLISTA DEL MAS GRANDE.

LAVOE SOLISTA...







A mediados de los años setenta el sello Fania decidió dar apoyo a sus cantantes de mayor éxito dotándolos de orquestas propias. Para el lanzamiento de Héctor Lavoe se preparó una banda donde a la línea de trombones se agregaron dos trompetas. La sección rítmica era idéntica a la empleada con Willie Colón y en el piano estuvo Mark Dimond, un viejo conocido que los había acompañado en sus primeros álbumes. Los arreglos estuvieron a cargo de José Febles y el propio Colón quien continuaba en los coros junto a Rubén Blades. Con esta agrupación Lavoe inició su carrera como solista, donde lanzando el álbum titulado La Voz (1975), en cuya portada aparece una foto del cantante que es clásica.
Este disco fue un éxito total y sus ventas alcanzaron disco de oro en poco tiempo. Las canciones destacadas fueron: «Rompe, Saragüey», un clásico de los años cincuenta totalmente modernizado, donde Dimond ejecuta un elegante e ingenioso solo de piano de dos minutos y medio; «El todopoderoso», escrita por el venezolano Pedro María Perucho Torcat, y el himno escrito por Johnny Pacheco «Mi gente», que fue un tema insignia en las presentaciones en vivo que Lavoe realizaba con la Fania All Stars. En este álbum Lavoe demuestra su versatilidad como cantante interpretando tres piezas que son todo un clásico del bolero de los años 70: «Tus ojos», «Emborráchame de amor» y «Un amor de la calle», mostrando una elevada sensibilidad y una facilidad innata para interpretar este género musical.
Al año siguiente Lavoe lanzó su segundo álbum como solista llamado De ti depende (1976), producido por Willie Colón y arreglos de Luis Perico Ortiz, Louie Ramírez y José Febles. En este álbum Lavoe vuelve a apostar por los boleros como parte importante del repertorio, al punto que el álbum toma el nombre de uno de ellos y además Lavoe interpreta el tema «Consejo de oro», un viejo tango modernizado, y «Tanto como ayer». Pero los temas que sobresalen por su carácter salsero son: «Vamos a reír un poco», donde muestra sus habilidades como sonero, y «Hacha y machete», una especie de autohomenaje donde la dupla Lavoe-Colón entona: «De frente vamos a demostrar/que lo nuestro/no fue un golpe de suerte. Somos hacha y machete/y esa es la verdad». Mención especial para el tema de Tite Curet Alonso, «Periódico de ayer», un clásico que se convirtió en un éxito radial en Latinoamérica y la cuenca del Caribe.
Hubo de pasar dos años para que Héctor Lavoe completara su trilogía luego de su lanzamiento como solista. Los dos álbumes anteriores habían sido éxitos instantáneos y había que apelar a algo importante si se pretendía continuar con la línea ascendente del cantante. Willie Colón contactó con Rubén Blades quien se encontraba trabajando en una composición para él, sin embargo aceptó cederla a Héctor y, «El cantante» se convirtió en el tema que marcó pauta en el tercer disco de Lavoe titulado: Comedia (1978).
En El cantante se combinan unos arreglos de cuerdas, arpa y piano que colorean decorativamente el lamento de Lavoe semejando al artista que debe aparentar alegría en tanto lo embarga un gran dolor. Lavoe representa en forma magistral ese personaje que describe la vida entre dulce y agria y donde se establece la ironía del artista como figura trágica, excelentemente ilustrada en la caratula del disco donde viste un traje y la apariencia de Charles Chaplin.
En este álbum también tuvieron gran repercusión los temas: «Bandolera», una equilibrada mezcla entre la experiencia vocal de Lavoe y un arreglo orquestal con solo de piano que personifica la vieja escuela de la salsa, y «Sóngoro cosongo», un son montuno que pinta una danza tribal en la barriada, con letra de un poema del cubano de Nicolás Guillén. Lavoe continúa introduciendo boleros que muestran la profundidad y emocionalidad de su voz, se trata de los temas: «Porque te conocí» y «Comedia».
En esta época, las presentaciones en vivo de Lavoe no obtuvieron los resultados esperados no solo por sus problemas de drogas que le impedían cumplir con responsabilidad las fechas y horas previstas, sino porque los números bailables que por lo general eran canciones que sobrepasaban los seis minutos, tenían un carácter extenuante. Todo esto causó cierto desgaste y la sobreexposición del artista. Lavoe cayó en un cuadro de profunda depresión y desapareció de sus actuaciones en vivo por un período prolongado, siendo sometido a periodos de rehabilitación.
En 1979 Lavoe edita el álbum: Recordando a Felipe Pirela, compuesto por canciones que hicieron famoso al cantante venezolano. Héctor siempre admiró a este cantante que paradójicamente tuvo un destino trágico al morir en Puerto Rico siendo bastante joven. Para esa época la disquera Fania comenzaba a sufrir los embates de la crisis de la salsa y en lugar de otorgar al cantante temas inéditos, se deslizaron por un camino seguro, haciendo versiones de boleros ya populares.
El disco logró buena aceptación y ventas, sin embargo a nivel artístico constituyó un punto de inflexión en la carrera ascendente del cantante cuyo fuerte siempre fue la improvisación en los “soneos” y su forma de encarar la salsa bailable. Carlos Francetti, Jorge Calandrelli y Luis Cruz, tuvieron a su cargo los arreglos musicales y entre los temas escogidos pueden mencionarse: «Vieja carta», «El retrato de mamá». «Pobre del pobre» y «Sombras nada más». Para quienes no conocieron estos boleros en la voz de Felipe Pirela este disco pudo haber sido un gran descubrimiento.
A fin de año se edita el tercer disco navideño de Héctor: Feliz Navidad 1979, que por su carácter se graba solo para ser vendido en esas fechas. A pesar de algunas canciones jocosas como: «Joven contra viejo» (grabada con Daniel Santos), «Montserrat», «Una pena en Navidad» y «Dame un chance», el disco ―cuya portada fue catalogada de ridícula por All Music― no tuvo mayor trascendencia.
Héctor Lavoe regresa a la salsa bailable con su sexto álbum de estudio como solista, El sabio (1980), con canciones que sin ser éxitos rotundos tuvieron cierta popularidad entre ellas: «El sabio», «Noche de farra» y el bolero «Plazos traicioneros», que había sido grabado por Celia Cruz y Willie Colón en 1977.
Además participó en los álbumes grabados por la Fania All Stars Commitment (1980), con el tema «Ublabadú», que resultó un éxito instantáneo en las emisoras latinas de radio, y el tema «Semilla del amor», del álbum Latin Connection (1981), cuyo arreglo sinfónico estuvo a cargo del colombiano Francisco Zumaque.
En su séptimo álbum como solista, Qué sentimiento (1981), Willie Colón se separa de la producción del disco, y es el propio cantante quien se encarga de ello. José Febles y Louie Ramírez actuaron como co directores musicales.
El repertorio escogido, los arreglos y hasta la caratula del álbum marcan el regreso del cantante a los niveles artísticos de sus tres primeros trabajos como solista. Los temas: «Soy vagabundo», «No hay quien te aguante» y «Amor soñado», parecieron haber estado hechos a la medida del artista. La Asociación de Cronistas del Espectáculo (ACE) de Nueva York entrega a Lavoe un reconocimiento a la excelencia por este disco.
Para 1983, cuando se lanza Vigilante, la carrera de Lavoe estaba en un punto incierto debido a su comportamiento errático y su desesperante relación con las drogas. Fania decide darle un empuje al juntarlo nuevamente con Willie Colón quien canta en solitario uno de los cuatro temas del disco y deliberadamente toma un rol secundario, dejando que sea su venerado compadre el que brille. La música del álbum, aderezada por una portada que muestra una pistola humeante con tres casquillos de bala, apela a la nostalgia del dúo, que encabezó la Explosión Salsera del primer lustro de los 70, pero con un sonido más actualizado.
El álbum arranca con el éxito «Triste y vacía», con Héctor en plenitud de formas y un coro ampliado narrando la historia de una mujer marcada por la traición y la mala suerte. «Juanito Alimaña», de Tite Curet Alonso, fue el sencillo promocionar que rápidamente escaló los primeros lugares en la radiodifusión. Este tema se convirtió en una especie de himno que retrata la vida de un matón de barrio que tiene impunidad, por sus relaciones con la policía y por eso los vecinos no pueden delatarlo cuando comete sus fechorías. Otro de los temas considerablemente largos es: «Pasé la noche fumando» donde Lavoe y Colón conjugan sus voces en una especie de lamento que personifica un hombre que pasa la noche en un bar bebiendo y fumando para tratar de olvidar la pérdida del amor de su vida.
El álbum Vigilante tiene su propia aura y brillo particular. Si bien no funcionó como la banda sonora que estaba destinada a ser, el álbum cumplió su misión de poner a Héctor Lavoe de vuelta en carrera con dos poderosos éxitos.
En 1984, Johnny Pacheco compuso para Lavoe la canción «El rey de la puntualidad», que se incluyó en el álbum Lo que pide la gente(de Fania All Stars). Era una descripción cómica de la incapacidad de Héctor por llegar a tiempo a sus presentaciones.
Grabado en 1985 en medio de la debacle de Fania Records Jerry Masucci produce uno de los álbumes menos interesantes de la discografía de Héctor Lavoe: Reventó. Lavoe no estaba contento con su carrera y su inestabilidad emocional encendió un comportamiento impredecible. A pesar de que el disco se intentó promocionar por diversos medios ninguna canción estuvo a la altura de sus grandes éxitos anteriores y pasó desapercibido a pesar de un solo de piano de Richie Ray en el tema «Cáncer» y del tema «Fama», escrito por Lavoe, que relata la triste crónica de una fatalidad anunciada y gestada pocos años después: «No tengo amigos/y si un amor fácil lo consigo/así de fácil lo he de perder/Mi madre dijo: no creas ser un gran tenorio/pararás en un sanatorio y allí la fama habrás de perder».
A fines de 1986 Héctor regresó a las ondas radiales pegando fuerte con la composición «Plato de segunda mesa», de Tite Curet Alonso, incluida en su disco Strikes back (1987), producido por Willie Colón. Strikes back, coincide con la debacle de la salsa tradicional pero fue reconocido con una nominación al Grammy. Con el lanzamiento de Strikes back, distribuido durante el periodo de mayor efervescencia de la «salsa cosmética», Lavoe siguió fiel a la tradición de la rítmica y la narrativa salsera.
En aquellos días Eddie Santiago y Frankie Ruiz se coronaban como los nuevos reyes de la salsa sensual y erótica con sus éxitos Tú Me Quemas y Desnúdate Mujer.
De toda la discografía de Héctor Lavoe, Strikes back no es su mejor grabación; pero en cada interpretación entregó su alma.
Ese mismo año participa en el álbum de Fania All Stars Viva la charanga (1986) con el tema «Isla del encanto».
En 1993 Fania publica un álbum llamado Héctor Lavoe & Van Lester. The master and the protegee.
Esta grabación al principio fue producida por Willie Colón y yo, en marzo de 1986. En aquel tiempo se grabaron 16 canciones, de las cuales 8 fueron presentadas en el álbum “Héctor Lavoe Strikes back” (1987). Lamentablemente, la salud de Héctor le fallaba muy a menudo y le impedía asistir a las sesiones de grabación, y tal como resultó, él nunca pudo completar este álbum. Ya que éste era el último trabajo en el cual Héctor, Willie y yo colaboramos juntos, estuve muy decepcionado de no haberlo completado. Sin embargo, un día para mi asombro, oí una canción en la radio que sonaba exactamente como Héctor, pero yo estaba bastante seguro que nosotros en Fania nunca habíamos grabado tal canción. Después de un poco de investigación, averigüé que el cantante que yo había oído no era otro que Van Lester. Inmediatamente llamé a Ralph Mercado y convinimos que Van Lester completaría la voz que faltaba. Yo espero que ustedes estén tan contentos como yo, con el trabajo de Lester completando el final de esta grabación, y que lamentablemente fue la última para Héctor Lavoe. Me gustaría agregar que fue una maravillosa experiencia trabajar con Javier Vázquez, quien supervisó la grabación de la voz de Lester y completó esta grabación.



No hay comentarios:

Publicar un comentario